Te encontré tiritando, llorando tus frustraciones.

Sollozando tu dolor por ilusiones perdidas.

Abracé tus alas heridas, un amor que se ha ido no se calma con palabras.

Tu respiración, tus suspiros y tanta amargura superaron mis intenciones. Cómo calmar un fuego que quema tus entrañas, si ese amor no soy yo.

Tus lágrimas mancharon el mantel, no encontrabas consuelo.

Se derrumbó tu mundo, tomé tus manos y callé.

Ahora te veo con hijos, sonriendo de día y de noche.

Has olvidado el llanto, el dolor, aquel amor, mis palabras y mis abrazos.

Compartir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *