Querida Vivi,
Ni yo mismo se que estoy haciendo en este momento escribiéndote, para qué y porqué.
El hecho es que lo estoy haciendo ya que hace tiempo decidí hacer lo que siento si con ello no hago daño a nadie.
Anoche fui a cenar con Abigail y Sara y se quedaron a dormir en casa y cuando se despiertan, Abigail me cuenta que tuvo un sueño increíblemente real:
“Estábamos los tres sentados en el sofá y de pronto suena el timbre (cosa rara ya que no tenemos timbre) voy a abrir la puerta y sos vos que entra con una enorme valija, al rato estamos charlando vos y yo y Sara y Abigail están llorando. Más tarde salimos a pasear y Abigail quiere comprar algo y vos no se lo permitís”
Te darás cuenta que aún estás viva en nosotros y a raíz del sueño de Abi charlamos un rato largo sobre vos, sobre algunos recuerdos… Abigail se emocionó mucho y lloró bastante y a mi se me escurrieron algunas lágrimas en las mejillas.
Pasó un año y medio desde tu partida y te voy a contar un poco de nosotros. Ya dejé atrás la depresión, que después se transformó en angustia, mas adelante en tristeza y ahora queda algo de melancolía y nostalgia.
Pero no te voy a apabullar con todo lo que sufrí, eso ya es pasado y vos también habrás sufrido muchísimo. Te voy a contar de las cosas lindas que me están pasando.
Me digo a mi mismo que estoy en la etapa final del duelo, que aún no ha terminado…que ya queda poco de él. (no se si será exactamente así, pero es lo que me parece) estoy pasando una etapa en la cual estoy mayormente bien, contento, con ganas de vivir y con muchos proyectos.
Ambas están muy maduras (la gente piensa que tienen 16 años) terminaron el primario con algunas previas que rindieron esta semana y este año comienzan la secundaria en ORT.
Están muy cambiadas: Sara ya no es tan inocente y Abigail es más reflexiva. Estoy muy conforme con ellas porque son chicas sanas, con los problemas típicos de la adolescencia.
Bien, después de Brasil me fui por 19 días a Israel y estuve todas las jornadas con Odelia y Talia. Charlamos mucho, convivimos intensamente, visitamos parientes, paseamos, charlamos y charlamos.
Me hizo muy bien dar y recibir cariño tanto de ellas como de mis hermanos, fue la primera vez en un año y medio que sentí algo parecido a la felicidad.
Por primera vez en mucho tiempo me olvidé que vengo de una etapa muy dura.
Odelia trabaja de manicura, alquila un departamento en Tel-Aviv y vive a los saltos como siempre. Pero yo la veo bien, duerme bien, come bien, tiene amigos, la pasa bien, hace lo que le gusta. Siempre anda corta de dinero, pero se las arregla.
Talia salió de una internación hace poco y una semana antes de que llegue le cambiaron el tratamiento y mejoró muchísimo y ambos pudimos disfrutar: estaba re-contenta de estar conmigo y yo feliz de poder mimarla a ella y a Odelia también.
Bien, a la vuelta me demoró dos semanas aterrizar y meterme en la rutina diaria.
Pero el paso del tiempo hizo milagros y las vacaciones con las cuatro me dieron una inyección de buen ánimo y ahora estoy lleno de proyectos, ganas de vivir, de superar mis problemas, en fin de seguir adelante.
Si se me dan la mitad de mis planes me conformo.
En el trabajo estoy haciendo algunos cambios que ya los tenía planeados desde el año pasado y por ahora – a pesar de que las dificultades – se están dando. Sabés que soy ansioso y cuando me propongo algo quiero que se cumpla ya.
Por otro lado planeo mudarme y estoy a la búsqueda de un departamento más grande y en otra zona, así que parte de mi tiempo lo dedico a ello.
Y por último este año comenzaré a estudiar… seguramente alguna carrera de postgrado relacionada con el marketing (la verdad que me hubiera gustado comenzar derecho o martillero, pero no me animo), quizás el año que viene que esté más equilibrado me anime a estudiar una carrera más larga, veremos.
Este año seguiré estudiando teatro y espero disfrutarla tanto o más que el año pasado. En realidad tengo algunos planes más pero ya sería aburrirte con tantos cuentos.
Te puedo contar también que a pesar de que he superado en gran medida tu partida, te recuerdo cada mañana al levantarme y cada noche al acostarme.
Te recuerdo con una sonrisa en mis labios, con nostalgia, sin pena, sin rencor, sin ningún tipo de sentimiento negativo.
Pero debo confesar que estoy preocupado. Tu silencio me hace pensar si estás bien, si te pasa algo, como anda tu brazo, si estás bien de salud, si no estarás pasando por problemas económicos, si todavía te vienen momentos de depresión, si te ves con todas tus hermanas, si estás bien en el trabajo, si estudiás, si aún te ocupás de tu imagen como solías hacerlo, si estás mejor ahora que antes, si sonreís o si estás caracúlica, si comés bien, si seguís estudiando, si caminás con la espalda recta.
Cambiando de tema: la semana pasada estuve buscando no se que en la mesita de luz y escondida debajo de un cajón encontré la primera carta que me escribiste, si la querés ver está publicada en mi blog personal: https://fratella.wordpress.com/para-mi-querido-principe/
La leí y me hizo pensar en lo frágiles que somos nosotros, los seres humanos. Que parte de nuestros sueños se desvanecen, se transforman en dulces recuerdos, recuerdos nada mas. Y con el tiempo no sabemos distinguir si fue un sueño o fue realidad. Y si todo esto que llamamos vida es solo un recuerdo, un sueño? Si así lo fuera, en definitiva, valió la pena el sueño: fue muy hermoso mientras duró.
Bueno, volviendo a la tierra: pasó mucho tiempo desde tu partida y cualquier tipo normal hubiera dado por terminado este tema.
Pero yo no soy un tipo normal (vos mismo me lo dijiste repetidamente)
Bien sabés que aún si encontrara otro amor que me hiciera muy feliz te seguiré queriendo como siempre, que tu mirada siempre estará presente en mi.
Es por ello que no me cansaré de proponerte que tengamos un final que se corresponda con la pasión con la que nos amamos, con la sinceridad y el respeto que nos tuvimos (salvo los últimos meses) con la honestidad que nos ha caracterizado.
Ambos somos personas que podemos estar orgullosos de ser rectas, a pesar de habernos equivocado más de una vez. Hay dos cosas que me perturban: que te tengas que esconder de mi y no puedas caminar libremente sin temor a encontrarte conmigo y que mis hijas (y yo también) nos quedemos con esta imagen distorsionada de lo que significa el amor.
Se que es algo muy difícil lo que te pido pero considero que es lo que corresponde y que sos capaz, sos una mujer fuerte y podés lograrlo antes de que sea tarde, que a nadie le importe y todo se entierre en el arcón de los olvidos. Por mi parte, me haría muy feliz saber como estás, me haría muy feliz ayudarte, apoyarte.
Me siento con las suficientes energías y capacidad de superar sanamente lo que pasamos y mirar hacia el futuro, no como amantes, no como pareja, ni siquiera como amigos: como dos personas que vivenciaron intensamente una parte importante de sus existencias juntos y que creen que los buenos sentimientos no mueren jamás.
Me gustaría contarte tantas cosas, que sólo vos entenderías por haberme conocido tan profundamente. Y me gustaría también escuchar de boca tuya lo que pasaste, lo que estás pasando y los planes que tenés delante de ti. Sabés que cada paso en la vida es una encrucijada, uno debe tomar a cada paso una decisión.
Hay decisiones que son difíciles, quien lo sabe mejor que vos: un día decidiste dejar tu familia para unir tu vida a la mía pensando que esa era tu felicidad y un día decidiste partir lejos de mí pensando lo mismo. Y decidiste hacerlo a tu modo, quizás ahora que ha pasado tanto tiempo, que podés pensar sin presiones, puedas decidir que se pueda mejorar algún detalle, que no hay motivo para romper los puentes y dejar tanta gente herida.
Sobre todo gente que te ha querido tanto y respetado tanto. Que te tomó de modelo de corrección, dulzura, buenos modales y honorabilidad.
Nunca es tarde para mejorar algo, por más difícil que sea.
Y si realmente te es muy difícil yo te ayudaré. Quiero que nadie te mire mal, que nadie piense mal de vos, que nadie tenga un pensamiento negativo hacia vos cuando te menciona, que nadie tenga el más mínimo reproche de tu conducta, porque yo te elegí con la certeza de que sos la mejor persona del mundo y quisiera que ese concepto sea el que te acompañe toda la vida, en todo lugar, en toda ocasión y con quien sea.
Que ambos le podamos contar con orgullo a todo el mundo que vivimos un amor puro, sincero, único y ejemplar a pesar de que no pudimos convivir juntos por siempre.
Vivi, si actualmente estás bien y sos feliz tené la sensibilidad necesaria para compartir conmigo las buenas noticias, me podrá feliz saberlo.
Si por algún motivo necesitas algo, también hacémelo saber, yo te debo mucho a vos y no sería justo que no te ayude. Si algún día necesite ayuda, me darás una mano seguramente.
Por otro lado: el día que no quieras recibir más e-mail de mi parte, solo tenés que avisarme y no te escribiré jamás.
Que tengas un lindo fin de semana.
Un cálido abrazo, Alberto
Domingo, 28-FEB-2010 1:27 AM
Un comentario en “Nunca es tarde”