Como quisiera tener mi banco de plaza.
Si, un banco en una plaza cualquiera en el cual pueda sentarme y sentir: este es mi banco!
Para leer el diario los días soleados de otoño, viendo pasar la gente a mi lado.
Saborear helado de agua en las calurosas tardes de verano.
Disfrutar del canto de los pájaros y el susurro del viento a través de las hojas en primavera.
Y hacerle un poco de compañía en invierno.
Compartiría con el mis pensamientos al mirar la gente pasando a mi lado:
Los infaltables viejitos sentados horas, la clásica parejita mimándose.
Los turistas fotografiándose, los desocupados quemando sus horas,
Le traería mis propias hijas año tras años para que las vea crecer y les tomaría fotos junto a él.
Vendría al menos una vez al comienzo de cada estación para mostrarle mi ropa nueva, mis nuevos zapatos y mis nuevas arrugas.
Le contaría mis alegrías y mis desdichas, mis sueños alocados y mis fantasías más ridículas.
Le traería a mi amor para que escuche mis susurros a su oído y su risa.
Sería fiel testigo de mis íntimas charlas y se que me esperaría con ansias que regrese nuevamente con ella.
Mi banco, no preguntes porque aún no te he hallado, no tengo respuesta.
Seguramente me habrás visto muchas veces, pasar a tu lado, perdido. Pero se que cuando te encuentre sabré recompensar tu espera.