Se hace noche, de noche tarde. Agoté completamente una jornada de incontables horas, quedan sólo unos momentos para despedirse del hoy, dormir un poco y recibir el próximo día.
Agoté todos los trucos para olvidar, me cansé hasta la fatiga total para no sentir, y sigue … sigue el dolor.
Sigue la nostalgia brotando de mi interior, apagando todo vestigio de satisfacción.
Contenido durante el día, distraído por el trabajo, por lo cotidiano, invento ocupaciones para olvidar y me sumerjo en preocupaciones para no pensar, pero es inútil: de noche lloro, lloro y lloro.
Las madrugadas me encuentran despierto, pensando, recordando, llorando.
Tanta pasión dentro de mi y nadie a mi lado para compartirla, tanto dolor y sin consuelo en el pecho.
Tanto amor contenido, cuando besos por entregar, cuantas palabras dulces sin pronunciar, cuántas miradas apasionadas sin destino.
Cuanto estoy sufriendo, cuánta desesperación durante tanto tiempo…
Se me nubla la vista del llanto y del dolor, el tiempo mitiga mi tristeza pero no puede con mi corazón , mi tonto corazón
Cuanto daño dentro mío, cuanto dolor sin fin.
Trato de darme ánimo con tantas iniciativas pero el dolor no merma, perplejo como siempre, la frustración puede – actualmente – más que cualquier alegría, más allá del éxito.
No busco explicaciones, no quiero saberlas. No busco consuelo, se que no lo hay.
Ay corazón tonto, siempre supiste que tanta pasión te iba a lastimar y sin embargo seguiste adelante.
Comienza la noche y comienza el desvelo, las horas que no pasan.
Será esto un sueño? una pesadilla? un cuento o simplemente me está pasando?