Desde que tengo uso de la razón, los sentimientos y las emociones marcaron mi camino. A veces los tuve que reprimir, enmascarar o sublimar pero siempre fueron los que le ganaron a la razón.

Pasión, confianza, miedo, prejuicio, curiosidad, superación, felicidad, tristeza, nostalgia, éxtasis, soberbia, depresión, afectos, incertidumbre, dolor, compasión y angustia fueron mi compañía desde siempre.

Algunos sentimientos los fui descubriendo. El amor, la gratitud, la empatía, la solidaridad, el placer de dar y entregarse. La admiración, la consideración, la vergüenza, la confusión, la duda y la perplejidad.

En todos los casos el corazón le dictó a la razón por dónde transitar. Descubrir que en cada uno de nosotros hay un chispa encendida en lo profundo de nuestro ser, es lo que me hace optimista y confiado en las horas más oscuras.

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